martes, 20 de noviembre de 2012

(DES)conservando las huellas del paso del tiempo


A lo largo de la historia reciente las actividades industriales han generado una serie de sistemas productivos que paulatinamente se han ido incorporando a nuestra herencia cultural. Son resultado de un proceso de toma de conciencia patrimonial en el que se integran la necesidad de conservación de sus testimonios materiales y la transmisión de la memoria asociada a cada actividad en un entorno territorial concreto.

Los testimonios de la industrialización constituyen un legado imprescindible para comprender la historia española de los dos últimos siglos. Estos elementos industriales nos ayudan a comprender la evolución de un territorio, su espesor histórico y la definición de su paisaje, ya sea urbano o rural, convirtiéndose de este modo en testigos claves a la hora de definir su memoria.

Todo esto, abarca una línea de investigación de lo industrial que va desde la memoria y cultura del trabajo a los paisajes industriales, pasando por la arquitectura industrial, las artes y el urbanismo industrial. En su conjunto, símbolos que caracterizan un estrato histórico y que merecen ser rescatados del olvido, sin caer en el populismo que conlleva a la apertura de infinitos centros de interpretación y ecomuseos cuyo tema principal es el legado industrial.
Las antiguas fábricas que envejecieron debido al abandono de la actividad productiva en ellas tras la terciarización de la economía, se reutilizan en claves culturales para actuar como grandes contenedores de la cultura contemporánea. Así, los antiguos mataderos se disfrazan de espacios expositivos y de trabajos para artistas, los gasoductos de viviendas o los corrales de artesanos en tiendas comerciales.

La extensión de estas actuaciones es cada vez más ambiciosa, llegando a intervenir en una zona importante de la ciudad. Aparecen así intervenciones de revitalización cultural como las del puerto industrial de Bilbao o las márgenes del Sena en París, que ponen de manifiesto el objetivo común de todas estas acciones: la recuperación de los modos de vida. 

Ría de Bilbao en 1961.
Corporacion Administrativa del Gran Bilbao. Ayuntamiento de Bilbao.

En este sentido, la labor realizada por La Caixa es destacable. La entidad financiera apuesta por la recuperación de espacios industriales obsoletos para la promoción de arte, ya que la ocupación del territorio no es infinita, como tampoco la capacidad del planeta para absorber y eliminar los residuos. Por ello, la reutilización de la arquitectura industrial preexistente, además de renovar la vida del elemento arquitectónico, plantea la posibilidad de mejorar la actividad comercial, la calidad de vida del ciudadano y su oferta y formación cultural.

El último elemento arquitectónico que se une al proceso de revitalización de espacios industriales obsoletos, empezado por la fundación la Caixa en el año 1993, se ubica en Sevilla. El proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra para las Reales Atarazanas, devuelve a la ciudad un espacio destinado para la vida social y la contemplación. Lamentablemente, estos últimos días se ha podido confirmar que el proyecto no se llevará a cabo en el lugar para el cual fue diseñado. Los antiguos astilleros del siglo XIII que abrían paso a CaixaForum Sevilla, creando en ellos un espacio abierto, mediante la eliminación del muro exterior, que permitía su visión directa desde el exterior, desde donde se podrían haber observado las arcadas que conforman las distintas naves diseñadas en su origen para albergar barcos y la muralla medieval islámica, ya no existirá.

El nuevo centro proyectado conforme al lugar, entendiendo el entorno como parte integrante del mismo, se desplaza a la base de la Torre Pelli, alejada del lugar para el que fue conceptualizada la intervención. Un entorno vacío de ciudadanía, capricho y excusa del alcalde de la ciudad, que se aleja de los ideales de las intervenciones de la fundación y que transforma uno de los astilleros más antiguos de España en una moneda de cambio sin valor.  De este modo, la Torre Pelli devorará CaixaForum Sevilla y será, como afirmó Vázquez  Consuegra, “un fracaso de la ciudad de Sevilla, uno más”.



CaixaForum Sevilla. Guillermo Vázquez Consuegra.

La revitalización de estos elementos de la producción conlleva, no sólo la reutilización del edificio que se hallaba abandonado y olvidado, sino la recuperación de su entorno, siendo actuaciones cada vez más extensas, convirtiéndolos en el motor de la transformación de áreas completas de tejido industrial obsoleto. No obstante, el proceso de gentrificación de estos espacios, a pesar de llevar asociado la reconversión del nivel, que no la calidad, de vida de sus habitantes, supone un importante impulso económico y cultural para la ciudadanía.

Así, si también pensáis que estas actuaciones, que desarrollan un proyecto cultural por medio del arte, recuperan los espacios olvidados de sus industrias, de su patrimonio industrial, creando, una oportunidad para activar nuestra memoria histórica bajo una nueva mirada, os propongo que firméis a favor de la rehabilitación de las Reales Atarazanas de Sevilla como centro cultural CaixaForum en el siguiente enlace.

Entre todos podemos construir una mirada diferente, contemporánea y reciclada. Una mirada donde nada es permanente porque todo está en constante movimiento y que apuesta por la conservación de las huellas del pasado.



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