El post
de hoy está dedicado a Peter Zumthor, arquitecto suizo que tiene toda mi
admiración profesional por su obra escasa, delicada y ejemplo magnífico del
buen hacer.
Sus
obras gozan de un diseño sobrio, pausado, funcional y sencillo que embellecen
el entorno con una arquitectura silenciosa, ya que como él mismo define en Enseñar
arquitectura, “la fuerza de un buen proyecto reside en nosotros mismos y en
nuestra capacidad de percibir el mundo con sentimiento y razón”.
Pero
lo que lo hace partícipe de este breve escrito hoy, no es la construcción del
museo de arte de Chur (1990), ni casa Gugalun (1994), ni el pabellón suizo para
la exposición de Hannover (2000), sino la sencillez de dos de sus obras que, a
mi juicio, son un reflejo de aquello que le ha permitido disfrutar de la
profesión pausadamente, sin incluirse en los tiempos que marca la globalidad
del siglo XXI, las termas de Vals (1996) y la Bruder Klaus Kapelle (2007).
Termas de Vals, Vals, Cantón de los Grisones, Suiza.
La composición
de los proyectos, distintos en dimensiones, se aúna en relación a
compatibilizar las nuevas técnicas sin degradar el entorno, sin hacer réplicas
que, con el paso de los años, se añadirán a la larga lista de elementos
arquitectónicos obsoletos. La búsqueda
de la simplicidad, el diálogo extenso entre el tiempo y el espacio, el
excelente manejo del vacío y el lleno, … todo ello, nos conduce a lugares
intimistas que producen una sensación de tranquilidad al contemplarlos,
bañándonos con haces de luces intencionadamente dirigidos, y nos reponen del
estrés vivido. Una relación objeto-observador que permite, mediante los
materiales y formas empleados, generar una experiencia arquitectónica basada en
los aspectos sensoriales.
Bruder Klaus Kapelle, Alemania
El hecho
de poder observar más allá del elemento material en sus edificios, nos lleva a
interpretar una nueva arquitectura en la que los diseños, además de funcionar,
deben tener alma y no sólo cuerpo.
“Todo
en los edificios de Peter Zumthor tiene una presencia fuerte, atemporal. Tiene
un talento único para combinar el pensamiento claro y riguroso con una
dimensión verdaderamente poética, lo que da como resultado un trabajo que nunca
deja de inspirar”. Thomas J. Pritzker.
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