Después de más de un mes de ausencias bloggeras, aquí estoy de nuevo.
Como turista, la llegada a un país nuevo siempre se me antoja emocionante y como arquitecta, procuro empaparme de toda obra arquitectónica posible. Por ello, este primer post chileno está dedicado al arquitecto Mathías Klotz.
Desde mi corta experiencia en la arquitectura (sólo llevo dedicada a ello diez escasos años, con todo lo que hay por aprender!!), creo que la obra de este arquitecto chileno es verdaderamente elegante y vinculada estrechamente a la ciudad contemporánea. Ha realizado diversos trabajos de edificios públicos pero, indudablemente, su punto fuerte son las viviendas unifamiliares, en las que podemos apreciar su buenhacer arquitectónico.
Sólo mostraré tres ejemplos, a quien le interese descubrir más a cerca de él, puede visitar su página oficial http://www.mathiasklotz.com/
En primer lugar, la casa 11 mujeres. Una residencia de verano, alejada 160 km de la capital, ideada para dar alojamiento a una pareja de divorciados con once hijas entre ambos, con unas maravillosas vistas al pacífico. La vivienda se proyecta como un único volumen de hormigón visto que desciende tres plantas sin despegar la mirada al océano y por el que se accede en su parte superior. Asimismo, se ha diseñado una pequeña casa de invitados bajo la terraza de la piscina, dotando de privacidad a los huéspedes.
En segundo lugar, la casa techos, ubicada al sur de Argentina, se implanta en el corazón del bosque. La vivienda se resuelve en dos niveles, reservando el superior a la vida familiar más íntima y abriendo el inferior a las visitas. Le debe su nombre a la aparición de pequeños techos inclinados que, a la vez que cumplir con la normativa fijada, permiten la entrada de luz a todas las estancias.
Por último, la casa Ponce, es una por las que más predilección siento. Con importante vegetación y el río de La Plata alrededor, parece estar quebrada en el terreno por medio de dos volúmenes, uno opaco y otro transparente, descansando el primero en el segundo. Todo ello, permite la adaptación completa al entorno en el que se inserta y, simultáneamente, crear espacios de intimidad para sus usuarios.
Casa Ponce. Mathías Klotz
Foto: Roland Halbe
Todo ello, muestra de una arquitectura sencilla, alejada de ambiciones superficiales y claro ejemplos de sencillez y pureza, ya que como el propio arquitecto asegura, "la mejor arquitectura es la que menos se ve".