miércoles, 9 de enero de 2013

Propósitos para el 2013

Ahora que han pasado las fiestas y, tras este parón navideño, volvemos con más fuerza y ansiando demostrar los múltiples cambios (no sólo los propósitos del año nuevo sino los del mundo nuevo) que debemos experimentar para avanzar hacia un futuro más sostenible.

Bernardo Secchi, en su artículo “Le condizioni sono cambiate” (Las condiciones han cambiado) para la revista Casabella (1986), dejaba patente los cambios claros y constantes que se estaban produciendo en nuestras urbes. Éstos no sólo hacen referencia al crecimiento desmesurado, casi incontrolado, de las ciudades que favorecen la ciudad difusa y extensiva en lugar de una compacta y concentrada, capaz de albergar una gran variedad de usos y por ello, más habitable, más sostenible, sino, de igual manera, se menciona el descenso de la población. Por otro lado, la multiplicación descontrolada del ser humano nos está conduciendo a conformarnos con un hábitat más pequeño, casi sin privacidad, como en ‘una caja de zapatos’. Parece que la sociedad actual está condenada a vivir en espacios reducidos, como Bruce Willis en la película El quinto elemento, donde se viva en ‘ratoneras’ conectadas por un pasillo, esté todo dosificado, medido y milimetrado y donde la ventana al exterior sea un artículo de lujo.

El quinto elemento,1997. Luc Besson. 127 min.

Esto se ha visto acrecentado en las últimas décadas y de ahí la necesidad de un cambio. Un cambio en nuestras ciudades, que continúan con la utilización de pautas y modelos planificadores, a pesar de su obsolescencia y la falta de resolución de problemas que, debido a esto, generan. Un cambio general en la sociedad, como estamos viviendo estos días con los manifestantes de Sol. Pero no sólo la sociedad debe cambiar. La mentalidad con la que afrontamos según qué tipo de intervenciones, también. Del mismo modo, Secchi nos hablaba del desmantelamiento que están sufriendo las zonas industriales de determinadas ciudades.

Obsolescencia industrial. Iñako82.

¿Cómo solucionar los múltiples espacios industriales que se encuentran obsoletos en nuestras ciudades? Para poder llegar a una respuesta equilibrada, potente y satisfactoria para todos debemos plantear aspectos que hagan de estos espacios y del tejido urbano en el que se insertan, lugares más interesantes y adecuados para la sociedad, que verdaderamente será quien lo disfrute, quien lo viva y lo haga posible. Para ello, debemos alejarnos de la idea preconcebida que tenemos los técnicos de la búsqueda de respuestas. Las respuestas ya existen, han existido a lo largo de la historia. Es el momento de comenzar a plantearnos preguntas, ¿cómo salimos de aquí?, ¿cómo cambiamos esto?, ¿cómo iniciamos un nuevo ciclo?

Para no caer en el error debemos alejarnos de una mirada hacia atrás (como hemos hecho a lo largo del siglo XX), pues ésta se acerca a la materialidad proyectual y existen cuestiones invisibles, a las que es necesario dar cabida teniendo en cuenta a todos los agentes. Lo invisible se vuelve visible si lo miras desde una determinada mirada.

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