Ahora que han pasado las fiestas y, tras este parón navideño, volvemos con más fuerza y ansiando demostrar los múltiples cambios (no sólo los propósitos del año nuevo sino los del mundo nuevo) que debemos experimentar para avanzar hacia un futuro más sostenible.
Bernardo Secchi, en su
artículo “Le condizioni sono cambiate” (Las condiciones han cambiado) para la
revista Casabella (1986), dejaba patente los cambios claros y constantes que se
estaban produciendo en nuestras urbes. Éstos no sólo hacen referencia al
crecimiento desmesurado, casi incontrolado, de las ciudades que favorecen la
ciudad difusa y extensiva en lugar de una compacta y concentrada, capaz de
albergar una gran variedad de usos y por ello, más habitable, más sostenible,
sino, de igual manera, se menciona el descenso de la población. Por otro lado,
la multiplicación descontrolada del ser humano nos está conduciendo a
conformarnos con un hábitat más pequeño, casi sin privacidad, como en ‘una caja
de zapatos’. Parece que la sociedad actual está condenada a vivir en espacios
reducidos, como Bruce Willis en la película El quinto elemento, donde se viva
en ‘ratoneras’ conectadas por un pasillo, esté todo dosificado, medido y
milimetrado y donde la ventana al exterior sea un artículo de lujo.
El quinto elemento,1997. Luc Besson. 127 min.
Esto se ha visto acrecentado
en las últimas décadas y de ahí la necesidad de un cambio. Un cambio en
nuestras ciudades, que continúan con la utilización de pautas y modelos
planificadores, a pesar de su obsolescencia y la falta de resolución de
problemas que, debido a esto, generan. Un cambio general en la sociedad, como
estamos viviendo estos días con los manifestantes de Sol. Pero no sólo la
sociedad debe cambiar. La mentalidad con la que afrontamos según qué tipo de
intervenciones, también. Del mismo modo, Secchi nos hablaba del desmantelamiento
que están sufriendo las zonas industriales de determinadas ciudades.
Obsolescencia industrial. Iñako82.
¿Cómo solucionar los múltiples espacios industriales
que se encuentran obsoletos en nuestras ciudades? Para poder llegar a una
respuesta equilibrada, potente y satisfactoria para todos debemos plantear
aspectos que hagan de estos espacios y del tejido urbano en el que se insertan,
lugares más interesantes y adecuados para la sociedad, que verdaderamente será
quien lo disfrute, quien lo viva y lo haga posible. Para ello, debemos alejarnos
de la idea preconcebida que tenemos los técnicos de la búsqueda de respuestas.
Las respuestas ya existen, han existido a lo largo de la historia. Es el
momento de comenzar a plantearnos preguntas, ¿cómo salimos de aquí?, ¿cómo
cambiamos esto?, ¿cómo iniciamos un nuevo ciclo?
Para no caer en el error debemos alejarnos de una
mirada hacia atrás (como hemos hecho a lo largo del siglo XX), pues ésta se
acerca a la materialidad proyectual y existen cuestiones invisibles, a las que
es necesario dar cabida teniendo en cuenta a todos los agentes. Lo invisible se
vuelve visible si lo miras desde una determinada mirada.
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